Belgrano y los pueblos
originarios
Gracias a su trabajo como Secretario del Real Consulado de Buenos Aires,
cargo que ejerció desde 1794 a 1809, Manuel Belgrano tuvo la oportunidad de
visitar todas las provincias que formaban el entonces Virreinato del Río de La
Plata. Recorrió las geografías, conversó con sus habitantes y conoció sus
costumbres, problemáticas y diferentes formas de vida.
Tanto en sus diarios de viaje -elaborados como Memorias Consulares- como
en la redacción de artículos para los periódicos locales, Manuel Belgrano se
ocupó de la integración indígena.
En sus artículos para el periódico el Correo de Comercio elogió
la educación de los indios pampas, que impartían amor a sus niños y contaban
con una correcta organización gracias a la importante jefatura del cacique. A
su vez, en sus Memorias Consulares de mediados de 1796,
propicia la creación de una Escuela de Comercio y de una Escuela Práctica de
Agricultores, instituciones que favorecerían la situación educativa, económica
y social de los campesinos y de los indígenas, y fortalecerían a la patria
gracias al fomento de la industria y del comercio.
Tras el triunfo de Revolución de Mayo, Belgrano fue enviado a una
expedición a Paraguay. Durante esa campaña, en diciembre de 1810, redactó el
Reglamento para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los Treinta
Pueblos de las Misiones. En sus artículos sentaba posición sobre los derechos y
obligaciones de los nativos:
"Art. 1: Todos los Naturales de Misiones son libres, gozarán de sus propiedades,
y podrán disponer de ellas, como mejor les acomode…".
"Art. 2: Desde hoy los liberto del tributo; y a todos los Treinta
Pueblos, y sus respectivas jurisdicciones los exceptúo de todo impuesto por el
espacio de diez años".
"Art. 4: Respecto a haberse declarado en todo iguales a los Españoles
que hemos tenido la gloria de nacer en el suelo de América, le: habilito para
todos los empleos civiles, militares, y eclesiásticos…".
Art. 5: A los
Naturales se les darán gratuitamente las propiedades de las suertes de
tierra…".
Juan Bautista Túpac Amaru fue propuesto por Manuel Belgrano como rey inca.
El "bello
sexo"
Belgrano defendía que las mujeres tenían que educarse y educar. El
"bello sexo" -como las llamaba- debía mantenerse alejado de la
ignorancia para atender la vida familiar y para participar, también, de la vida
pública aunque sin descuidar su "vocación innata": la crianza de los
hijos.
En su periódico, el Correo de Comercio, Manuel Belgrano
interpelaba a los hombres de Mayo a reflexionar sobre la educación de las
mujeres.
"La naturaleza
nos anuncia una mujer; muy pronto va a ser madre y a presentarnos conciudadanos
en quienes debe inspirar las primeras ideas, ¿y qué ha de enseñarles, si a ella
nada le han enseñado? ¿Cómo ha de desenrollar las virtudes morales y sociales,
las cuales son las costumbres que están situadas en el fondo de los corazones
de sus hijos?
¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe,
la decencia, la beneficencia, el espíritu, y que estas calidades son tan
necesarias al hombre como la razón de que proceden? Ruboricémonos, pero
digámoslo: nadie; y es tiempo ya de que se arbitren los medios de desviar un
tan grave daño si se quiere que las buenas costumbres sean generales y
uniformes".
Inspirado por obra del humanista valenciano Juan Luis Vives quién recitaba
que la mujer cristiana "aprenderá, pues la muchacha, juntamente letras,
hilar y labrar, que son ejercicios muy honestos…". Belgrano se ocupó de la
educación de las niñas. Propuso la creación de escuelas gratuitas para ellas y
promovió la enseñanza del tejido y del hilado para "combatir en ellas la
ociosidad, y hacerlas útiles en su hogar, y permitirles ganarse la vida en forma
decorosa y provechosa". En aquel momento la posibilidad de contar con
escuelas mixtas estaba muy lejos de las ideas de Belgrano.
Ejército de mujeres
Belgrano conoció de cerca la capacidad heroica de las mujeres y fue el
único militar en nombrarlas capitanas de su ejército: Juana Azurduy, María
Remedios del Valle y Martina Silva de Gurruchaga fueron reconocidas por
Belgrano y, siglos más tarde, homenajeadas por la historia latinoamericana.
María Remedios del Valle
Se calcula que 120 mujeres estuvieron codo a codo en las tropas durante la
batalla de Tucumán, y muchas otras se encargaron de realizar tareas de
espionaje. Belgrano recibió por intermedio de ellas todas las noticias
referentes al ejército realista así como información estratégica venida del
Alto Perú.
Tal vez por ese reconocimiento al rol de las mujeres en los asuntos de la
patira fue que las damas potosinas le obsequiaron a Belgrano la "Tarja de
Potosí", una extraordinaria joya de plata y oro macizo extraídas del Cerro
Rico y dedicada al "Protector del Continente Americano".
En su parte superior "La Tarja" tiene la figura de un rey Inca,
como símbolo del proyecto americanista de Belgrano.
La "Tarja de Potosí" se conserva en el Museo Histórico Nacional.
La Monarquía Inca
Durante los debates previos a la declaración de la Independencia, Manuel
Belgrano presentó a los congresales una nueva forma de organización de gobierno
basada en una monarquía inca. Esa monarquía tendría sede en Cuzco -antigua
capital del imperio- y tendría un carácter parlamentario.
El investigador y director del Museo Histórico Nacional, Gabriel Di Meglio,
cuenta que Belgrano tenía conocimiento de que en Europa las monarquías
discutían el retorno a las concepciones absolutistas anteriores a la Revolución
Francesa. Por lo tanto, Belgrano consideró que lo mejor para la causa americana
era tener un rey y una dinastía de linaje americano, y así lograr el apoyo de
las poblaciones de Perú y del Altiplano en pos de lograr la independencia total
del continente.
Los generales José de San Martín y Martín Miguel de Güemes apoyaron la
propuesta de Belgrano. Pero en el Congreso de Tucumán, a pesar de que la
mayoría de los diputados coicidía con Belgrano, el sector que no estaba de
acuerdo -en su mayoría diputados porteños que buscaban mantener la centralidad
de esta ciudad sobre el resto del país- logró rechazar la iniciativa.
El Acta de Independencia fue escrita en idioma español, quechua y aymará.
El Himno Nacional
Argentino y su mención a los Incas
En 1813 se creó la "Marcha patriótica", actual Himno Nacional
Argentino. Con letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera Coro,
menciona en su versión original la siguiente estrofa:
"Se conmueven del
Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor,
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor".
Ministerio de cultura Argentina
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