En sus facetas como
cronista, periodista y biógrafo, dejó plasmados sus pensamientos, reflexiones y
contradicciones. A 250 años de su nacimiento recordamos algunos aspectos
fundamentales de su legado.
Manuel Belgrano fue un ideólogo de la soberanía y la libertad. Tuvo
participación en todos los asuntos que se dirimieron en los orígenes de la
patria esbozando sus ideas y sembrando la discusión: soberanía, educación,
relaciones exteriores, economía, derecho, pueblos originarios, recursos
naturales, religión, Estado, entre otras.
Al comprender varios idiomas, como el inglés, francés e italiano, Manuel
Belgrano accedió a la lectura de diarios, periódicos y enciclopedias de
diferentes partes del mundo. Durante su formación en Europa pudo observar el
desarrollo de los periódicos y su incidencia en los asuntos de gobierno. En
1758 vio nacer el Diario de Madrid, el primero de habla
hispana. Fue testigo de cómo Carlos IV prohibió la salida de nuevos semanarios
por temor a que se propagaran los idearios de la Revolución Francesa.
Litografía de Manuel Belgrano en su juventud.
"No entraremos a manifestar la necesidad y utilidad de los periódicos,
porque éstos son puntos demasiado ventilados y en que no hay persona que tenga
sentido común que no esté de acuerdo, de resultas de lo que la experiencia ha
demostrado en todas las naciones que han sabido aprovecharse del feliz
descubrimiento de la imprenta para semejante objeto", Manuel Belgrano, 24
de enero de 1810.
Belgrano y su
participación en los periódicos del Virreynato
En su vuelta a Buenos Aires, Manuel Belgrano convence al militar, abogado y
escritor Francisco Antonio Cabello y Mesa de fundar un periódico. En abril de
1801 apareció el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e
Historiográfico del Río de la Plata.
Junto a Juan José Castelli y Domingo de Azcuénaga, los hombres que más
tarde conformarían el primer gobierno patrio, publican artículos sobre agricultura,
debaten sobre recursos provinciales y los nuevos horizontes del comercio. El
periódico logró publicar 110 números y fue clausurado por orden del Virrey del
Pino el 17 de octubre de 1802.
Sin embargo, un mes antes de su cierre Juan Hipólito Vieytes, el hombre de
la jabonería, lanzó el Semanario de Agricultura, Industria y
Comercio.
En este semanario Manuel Belgrano plasmó varias de sus ideas sobre
educación. En los archivos del Instituto Nacional Belgraniano consta que en los
artículos publicados en 1802 titulados "Educación Moral" o
"Educación político-moral" se dirige a los jóvenes destacando la
importancia de formar una población de "hombres industriosos y
ocupados" con una sólida formación moral y cristiana: "el único molde
en que pueden vaciarse los hombres grandes".
También se ocupa de la enseñanza de los niños y aconseja a sus padres para
instruirlos en el conocimiento de la geometría, la geografía, la práctica y
teoría de la agricultura, además de la lectura y escritura.
"El amor a
nuestros semejantes es obra de la naturaleza; pero el dirigirnos hacia los
deberes de verdaderos ciudadanos es una sagrada obligación que nos impone la
sociedad".
La publicación cuenta con el fuerte apoyo del Real Consulado de Buenos
Aires, donde Manuel Belgrano ejerció como Secretario desde 1794 hasta 1809.
Debido a la participación de Belgrano, el semanario se transforma casi
en un vocero del Real Consulado difundiendo los beneficios de las teorías
económicas vigentes en Europa y defendidas por Belgrano. Propicia
el fomento de la industria, del libre comercio y, sobre todo, de la agricultura.
Se publican 218 números entre septiembre de 1802 y febrero de 1807, cuando la
amenaza de una nueva invasión inglesa comienza a circular por el Río de La
Plata.
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